Los miembros de un vecindario al oeste de Toronto estaban encantados cuando se enteraron de que tendrían un jardín comunitario. El hermoso jardín iba a estar ubicado en el Parque Tom Riley, que era el lugar favorito de toda la zona, especialmente para las personas mayores que viven cerca.
Pero había un problema — no había ninguna escalera que condujera al jardín, por lo que era difícil y peligroso para las personas de la tercera edad llegar hasta allí.
“Las personas se estaban cayendo. Hubo alguien que se rompió las manos. Así que no es una buena situación para nadie,” le dijo Adi Ast, un anciano que vive en la localidad, a la estación local de noticias.
Adi terminó contactando a un miembro del Ayuntamiento de la ciudad para preguntar si se podía instalar una escalera. La respuesta que recibió fue muy impactante para él.
El miembro del Ayuntamiento le informó que costaría entre $65.000 y $150.000 construir las escaleras.
Adi solía ser mecánico y es muy hábil con sus manos; él mismo decidió construir unas escaleras. Gastando solo $550 y 14 horas de su tiempo, este hombre instaló un conjunto de escaleras: la comunidad estaba encantada.


Lamentablemente, poco después de que las escaleras fueran construidas, la ciudad se enteró de una mala noticia — las escaleras no estaban construidas de acuerdo al código de seguridad y tenían que ser derrumbadas. El vecindario que ya estaba satisfecho, quedó devastado de nuevo.
“Al final del día nuestra comunidad tiene una responsabilidad. Tenemos que asegurarnos de que los activos en nuestros espacios públicos cumplan con los códigos y los estándares de seguridad. Adi construyó las escaleras con buenas intenciones. Funcionaron bien, habrían funcionado bien a corto plazo. Pero no hubiesen funcionado a largo plazo”.
Luego de que las escaleras hechas a mano de Adi fueron derrumbadas, él recibió una llamada del alcalde.
John Tory, alcalde de Toronto, se puso en contacto con Adi para recompensarlo por el esfuerzo que hizo por mantener su comunidad a salvo. Le agradeció por el gesto y le informó que podrían obtener un presupuesto más razonable para construir unas escaleras que cumplieran los estándares, el precio era de $10.000.
A pesar de que sus escaleras habían sido destruidas, Adi estaba feliz de que el alcalde estuviese haciendo ese gran esfuerzo.
“En la vida todo se puede negociar, siempre y cuando logres el objetivo. Y en este caso el objetivo era tener escaleras para que las personas bajaran de manera segura. Quién las instalara ya no importaba. Habíamos probado nuestro punto”.


El alcalde emitió una declaración expresando su decepción por la forma en la que se manejó la propuesta inicial de las escaleras.
“Quiero agradecerle al Sr. Astl por buscar ideas para solucionar el problema. Sus escaleras hechas a mano enviaron un mensaje que sé que las autoridades de la ciudad escucharon fuerte y claro. La ciudad siempre necesita buscar soluciones simples y rentables a los problemas, sin importar cuán grandes o pequeños sean… No estoy de acuerdo con que los presupuestos para este tipo de construcciones sean tan altos. Trabajaré para identificar qué cambios podemos implementar para asegurarnos de que esto no continúe sucediendo.”
La comunidad está esperando su nueva y permanente escalera y debería construirse pronto— también están aclamando a Adi como un héroe local.
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